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Tanto el presidente de Estados Unidos y precandidato del partido Demócrata, Joe Biden, como el favorito para quedarse con la nominación de la bancada republicana, Donald Trump, visitarán localidades de Texas, en la frontera con México, el próximo jueves 29 de febrero. Ambos apuntan a la seguridad fronteriza e inmigración como asuntos clave en sus respectivas campañas, de cara a las elecciones presidenciales del próximo noviembre, justo cuando se prevé una reedición de los comicios de 2020, en los que Trump no reconoció la victoria del actual mandatario.

Inmigración, una vez más la manzana de la discordia entre demócratas y republicanos en la pugna por la Presidencia.

La Casa Blanca confirmó que el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, visitará Brownsville, Texas, el próximo jueves 29 de febrero. Allí el jefe de Estado y aspirante a la reelección prevé reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales.

«Quiere asegurarse de transmitir su mensaje al pueblo estadounidense», anunció el lunes 26 de febrero, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Por su parte, el polémico expresidente y probable candidato del Partido Republicano este año, Donald Trump, se dirigirá a Eagle Pass, Texas, a unos 520 kilómetros de donde estará Biden ese mismo día.

No sabía que “mi buen amigo aparentemente también irá”, declaró Biden al referirse a los planes de su rival político, cuyo viaje a la zona fronteriza fue anunciado antes que el del mandatario.

Estas próximas visitas a la zona subrayan la importancia central de la inmigración en la carrera presidencial de 2024, particularmente después de que fracasaran las conversaciones en el Congreso sobre un acuerdo para frenar la inmigración irregular. Uno de los puntos críticos en el enfrentamiento estatal y federal por la seguridad fronteriza.

¿Cuál es la postura actual de demócratas y republicanos frente a la inmigración?

Para empezar, el presidente Joe Biden ha reconocido que el aumento de la inmigración irregular es una amenaza para sus aspiraciones de reelección, pero remarca que es necesaria una legislación bipartidista en seguridad fronteriza e inmigración.

Biden critica a los republicanos por poner resistencia a un proyecto de los dos partidos políticos en esta materia, después de las reprimendas y presiones de Donald Trump, que vuelve a poner los asuntos fronterizos en el centro de su estrategia de campaña, en medio de la carrera por retornar a la Casa Blanca.

Y es que el pasado 7 de febrero, la bancada conservadora en el Senado bloqueó el acuerdo bipartidista de inmigración, que contenía aspectos de seguridad fronteriza y el paquete de ayuda para Ucrania e Israel.

La iniciativa no fue aprobada pese a que incluía medidas para endurecer las restricciones de asilo y crear límites diarios en los cruces fronterizos, como habían exigido los republicanos. Incluso, en su redacción participó uno de los legisladores más conservadores de la bancada opositora: James Lankford.

Pero finalmente se impusieron los reproches de Donald Trump y otros miembros del ala conservadora de la Cámara Alta, lo que elevó la ira de los demócratas, que acusaron a su contraparte de ceder a las presiones de Trump para llevar los asuntos fronterizos al centro de la discordia política.

Si bien los críticos del proyecto de ley lo consideraron débil, la propuesta suponía un cambio duro en la ley de inmigración y otorgaría al presidente poderes para restringir los cruces no autorizados de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México. Se trató de la propuesta de “legislación migratoria más restrictiva en décadas”, resaltó el consejo editorial del diario ‘Wall Street Journal’.

La postura de Donald Trump sigue siendo tan o más crítica contra la inmigración que en años anteriores. El polémico exmandatario vuelve a hacer de este asunto el eje de su campaña, aprovechando imágenes de inmigrantes durmiendo en comisarías como supuesta prueba de que las políticas de Biden han fracasado.

En su campaña de 2016, su postura antimigratoria le valió el respaldo de la base republicana y desde que dejó la Oficina Oval ha visitado la frontera al menos en dos ocasiones. En una de ellas, en noviembre de 2023, se presentó para elogiar las medidas tomadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, para contener el cruce de migrantes, quien le dio su espaldarazo para que vuelva a aspirar al Ejecutivo, por el Partido Republicano.

Entretanto, Biden –que desde su pasada campaña a la Presidencia, hace cuatro años, se mostró a favor de la recepción de migrantes– ha ido matizando sus posturas con el transcurso de su mandato.

Aunque el número de personas que cruzan irregularmente la frontera de Estados Unidos ha aumentado en los últimos años, debido a razones que van desde la economía, las guerras y situaciones de violencia en otras naciones, poco después de la llegada de Biden a la Casa Blanca, los cruces sin autorización a través de las zonas limítrofes aumentaron vertiginosamente.

Una situación de la que los republicanos acusaron directamente al presidente por su discurso favorable a la recepción de extranjeros.

La situación empezó a cobrar factura en Washington y posteriormente la Administración Biden abordó medidas de mayor control. El actual Gobierno ha estado introduciendo algunas normas represivas y exigiendo a México un endurecimiento de las reglas para frenar los tránsitos no autorizados.

También dispuso de una nueva normativa que incluye la expulsión hacia su vecino país de los venezolanos que lleguen a Estados Unidos de manera irregular, luego de que impusiera nuevas normas como exigir la llegada por vía aérea y tras la aprobación en sus respectivos países después de demostrar que cuentan con un patrocinador en suelo estadounidense.

Sin embargo, el número de inmigrantes que fluyen hacia la frontera entre Estados Unidos y México ha superado con creces la capacidad de un sistema de inmigración que no se ha actualizado sustancialmente en décadas. Los arrestos por cruces ilegales se redujeron a la mitad en enero, pero alcanzaron niveles récord en diciembre.

Sin duda, este asunto marcará las próximas elecciones presidenciales en EE. UU. Según una encuesta de AP-NORC, del pasado enero, las preocupaciones sobre la inmigración aumentaron al 35%, tras registrar un 27% el año anterior.

La mayoría de los republicanos, el 55%, asegura que el Gobierno debe centrarse en la inmigración en 2024. Y el 22% de los demócratas catalogaron este asunto como una prioridad, lo que representa un aumento de esa percepción del 45%, en comparación con el 14% que emitió esa opinión en diciembre de 2022. AP/AFP

 

 

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