
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió el lunes contra la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) por haber escogido al cantante puertorriqueño Bad Bunny para encabezar el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, decisión que calificó como “ridícula” y “divisiva”.
«Este tipo no parece un artista y mucha gente ni siquiera sabe quién es. Yo nunca había oído hablar de él. No sé quién es ni por qué lo están haciendo. Es una locura. Luego le echan la culpa a un promotor que contrataron para encargarse del entretenimiento. Me parece absolutamente ridículo», dijo en una entrevista en News Max.
Trump también aprovechó la ocasión para criticar la nueva regla de saque inicial de la NFL, conocida como kickoff rule, que busca reducir el riesgo de lesiones durante los partidos. “La nueva regla es absurda. El balón flota en el aire y todos se quedan mirando. No es más segura que la patada tradicional y hace que el fútbol se vea terrible», dijo.
La NFL confirmó en septiembre que Bad Bunny encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California.
Controversia
La polémica en torno a Bad Bunny y su participación en la próxima Super Bowl se intensificó luego de las declaraciones de Corey Lewandowski, asesor del Departamento de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump, quien advirtió en un pódcast que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) desplegará un operativo especial durante el evento.
“No hay lugar seguro para quienes se encuentran en este país ilegalmente. Ni en la Super Bowl, ni en ningún otro lugar”, dijo, en lo que muchos interpretaron como una represalia por la elección del artista puertorriqueño.
Bad Bunny respondió desde el escenario de Saturday Night Live. En inglés, expresó su entusiasmo por actuar en la Super Bowl y destacó el orgullo de representar a su comunidad: “Estoy muy emocionado por actuar en la Super Bowl y sé que la gente de todo el mundo que ama mi música también está feliz, especialmente todos los latinos”.
Luego cambió al español y ofreció un mensaje más personal: “Todos los latinos y latinas en el mundo entero y aquí, en los Estados Unidos, todas esas personas que han trabajado para abrir puertas, más que un logro mío, es un logro de todos”. El público en Nueva York lo ovacionó cuando remató con una frase que rápidamente se volvió viral: “Nuestra huella y nuestra contribución a este país nadie nunca la podrá sacar ni borrar”.
Antes de despedirse, lanzó una última frase en inglés: “Y si no entendieron lo que acabo de decir, tienen cuatro meses para aprender español”.